Un año del cierre de Nissan en Barcelona con deberes pendientes

Este viernes se conmemora un año desde el cierre de las plantas de Nissan en Barcelona, poniendo fin a más de cien años de historia. La industria catalana sigue esperando la aprobación definitiva para la instalación del ‘hub’ de electromovilidad en Zona Franca, después del golpe del que todavía no se ha recuperado. Esta es la única alternativa que aspira a ocupar el espacio dejado por la multinacional japonesa y en ello dependen los cerca de 1.300 trabajadores que fueron despedidos tras el cierre y que están agotando sus prestaciones de desempleo.

«Este primer año ha sido muy difícil para los trabajadores. Primero experimentaron el desempleo y luego el proceso de la mesa de reindustrialización, con constantes demoras en la toma de decisiones, viendo cómo proyectos como el de la automotriz china Great Wall Motors se desmoronaban», explicó a Efe el representante de la UGT en la antigua Nissan, Manel Sanz.

Sanz también asegura que la plantilla mantiene la esperanza de que el proyecto avance y «cumpla con el objetivo de emplear a toda la plantilla», aunque reconoce que algunas circunstancias «han minado un poco la moral». Por su parte, el secretario general de Sigen-Usoc, Miguel Ruiz, recordó que los trabajadores tienen dos años de paro, de los cuales uno ya ha expirado, por lo que es urgente llevar a cabo la reindustrialización, ya que «cuanto más tarde se instale el ‘hub’, más tardará en contratar».

El ERE más grande de Cataluña
Aunque ahora se cumple un año desde el cierre definitivo de las plantas de Nissan (la de Zona Franca, la más grande; la de San Andreu de la Barca y la de Montcada i Reixac), la lucha de los trabajadores por conservar sus empleos comenzó mucho antes, cuando la multinacional anunció en mayo de 2020 su decisión de abandonar Cataluña y España.

La plantilla llevó a cabo una huelga indefinida que duró 90 días y culminó con un acuerdo para un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) que afectó a 2.525 empleados directos, el más grande en la historia de Cataluña, y que también afectó a otras empresas del sector auxiliar de la automoción, como Acciona, Gestamp y Marelli.

El 16 de diciembre de 2021, la factoría de Zona Franca produjo su último vehículo para la firma japonesa, una pick-up Navara, que se ensamblaba en la línea 2 de la fábrica. La línea 1 ya había cesado su actividad una semana antes. En ese momento, alrededor de 2.500 trabajadores estaban vinculados a Nissan (llegaron a superar los 5.000), pero esa cifra se redujo a unos 1.300 después de que el resto optara por bajas incentivadas y prejubilaciones.

Esperando el concurso
El acuerdo del ERE contemplaba extender el cierre de las plantas hasta finales de 2021 para dar tiempo a encontrar una alternativa industrial, un objetivo que, aunque parece estar bien encaminado, aún no se ha logrado cerrar. El ‘hub’ de electromovilidad liderado por QEV Technology y Btech, en asociación con el gestor logístico Goodman, es la única opción que está actualmente sobre la mesa para la reindustrialización de Zona Franca, centrándose en la producción de vehículos eléctricos.

Todos los ojos están puestos en la resolución del concurso para gestionar los terrenos de Zona Franca, un proceso que se ha alargado en el tiempo y que parece que no concluirá hasta principios del próximo mes de enero. La mesa de contratación está revisando toda la documentación presentada por Goodman, después de haber pospuesto en tres ocasiones los plazos para la presentación de las candidaturas, y se espera la entrega de llaves antes de mediados de enero.

Mientras tanto, el fabricante de motocicletas Silence, al que se le adjudicó una parte menor de Zona Franca, ya ha comenzado su actividad y ha contratado a algunos trabajadores de Nissan.

Quedarán en la memoria los 42 años de relación de Nissan con Barcelona, donde comenzó a fabricar vehículos en 1979 después de adquirir una participación minoritaria en Motor Ibérica. La historia de esta empresa se remonta a 1923, cuando se trasladó a la capital catalana desde Cádiz, donde había llegado en 1920. En 1982, Nissan asumió el control de Motor Ibérica y cambió su nombre a Nissan Motor Ibérica, dedicándose a la fabricación de camiones, furgonetas y automóviles.